La cosa ha mejorado algo pero sólo muy poco, por lo que mi hermanito Miguel sigue estando bastante mal. Tiene toda la lengua con puntitos blancos, la encía la tiene al rojo vivo, al igual que los labios. Casi no habla porque le duele, no hace ni por tragar saliva. Esta mañana, después de llevar casi toda una semana sin comer, se tomó un biberón, casi lo único que ha comido en toda la semana. Solamente había probado un poco de algunas comidas, pero inmediatamente las rechazaba. Si lo intentaba es porque tenía mucha hambre, pero cuando comenzaba a beber, notaba el dolor. ¡Pobrecito, qué mala cara tiene!
También ha dicho que esto suele durar entre siete a diez días y Miguel lleva así desde el domingo, entonces lleva... uno, dos, tres, cuatro, cinco.... ¡Cinco días y medio! Esperemos que le dure sólo siete.
Uno de los síntomas que se ven cuando Miguel está enfermo es que no tiene ganas de hacer nada, quiere estar tumbado o sentado en el sofá, o en su carro viendo los dibujos. Mis padres dicen, aunque parezca extraño, que echan de menos los destrozos de Miguel cuando está bueno y que desearían que estuviera poniendo cosas por medio, como antes, porque eso sería señal de que estaría recuperado.
2 comentarios:
A ver si Miguelito "Terremoto" se recupera pronto. Hay que ver que ordenadito tenía el salón este día Miguel.
Ya ves, te descuidas quince minutos y te la lía parda.
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