La tos ha ido creciendo y haciéndose fuerte en mí y ahora me cuesta trabajo dormirme. Me despierto en mitad de la noche con tos. Miguel también está regular. Tiene fiebre. No muy alta, eso es cierto, pero lo suficiente para no encontrarse del todo bien.
Ahora sólo cabe esperar que mejoremos de una vez para poder disfrutar de este fin de semana en el que por fin parece que va a brillar el sol. ¡Qué ganas!
Os pongo una foto en la que se ve a mi hermano Miguel aprendiendo de papá. ¡Qué graciosos!
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