
Miguel, sin embargo, está estupendo. De vez en cuando le duele el culito, que lo tiene bastante irritado, que es una clara señal de que le están saliendo más dientes! ¡Ya mismo puede comer comidita sin pasar por la batidora!
Miguel y yo jugamos mucho, pero también nos peleamos y cuando nos peleamos siempre sale llorando él, aunque siempre soy yo la que termina con los juguetes rotos. ¡Qué bicho! En lo que estamos de acuerdo los dos y Miguel aún no lo ha dicho pero yo lo sé, es que estamos hartos de lluvia. ¡Es muy fastidiosa!
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