Esto de ir a Chiclana se ha vuelto una agradable costumbre en nuestra familia. La verdad es que es muy complicado porque somos muchos primos y para que podamos hacer coincidir un fin de semana libre todos juntos hay que hacer un esfuerzo grande por todos.

La verdad es que lo pasamos estupendo, especialmente nosotros los niños y más aún los peques, y aunque un buen rato del día se lo pasan llorando, el resto del día, cuando no están durmiendo, los peques de la familia son muy divertidos. Lo pasamos chupi con Celia, Lucas, Laura y Martina. Son supercuquis.
Este año, otro año más, confieso que me he pasado un poco con el bufé de dulces, pero es que es inevitable. El año que viene intentaré no pasarme tanto... quizás.