
El entrenador del equipo de Fuengirola colocó a los once niños del equipo en sus posiciones, y lo mismo hizo el entrenador del equipo de Los Boliches. A Miguel lo colocó de lateral derecho al principio del partido y en la segunda parte lo colocó de lateral izquierdo. Para ver el partido estaban muchísimos padres y hermanos y algunos abuelos. Por Miguel estábamos el abuelo Miguel que vino a ver el partido, mi padre, mi madre y yo.
Miguel jugó un gran partido. Defendió muy bien y corrió muy bien con la pelota hacia arriba. Cuando se pone a correr es difícil pillarle. Al final ganaron su primer partido y lo hicieron por 9 - 2. ¡Jo, cómo celebraban los goles! Daba gusto verlos disfrutar, en cambio, daba pena ver a los que perdieron volver con las cabezas gachas, pero al final los jugadores se dieron la mano. Miguel no metió ningún gol, aunque estuvo a punto, pero salvó más de uno y de dos.
Al terminar el partido Miguel sintió ganas de dar la vuelta completa al estadio corriendo y eso hizo. Para celebrar que había ganado corrió los 400 metros del estadio de atletismo. ¡Sin parar! ¡Vaya campeón!
Eso sí, al terminar estaba para meterlo en lavadora.