
El primer día de playa siempre es muy ilusionante. Vestirse con ropa de playa, las chanclas, reencontrarnos con nuestras palas y cubos de la playa, las toallas, la arena... me encanta la playa. A mí y a mi hermano nos encanta la playa. Este año yo me he propuesto nadar mejor que el año pasado. Cada vez lo hago mejor. Mi hermano dice que este año va a aprender a nadar mejor que el año pasado y que ya mismo me va a ganar. ¡No se lo cree ni él! Mi padre dice que este año me va a enseñar a nadar de espaldas. ¡Jo, qué difícil debe ser eso!
A la playa también vino mis abuelos Pepa y Felipe y también tito Chiqui y tita Rosi y Daniel, claro. ¡Todos lo pasamo muy bien! Comimos un bocadillo de tortilla de patatas y también bizcocho que trajo la abuela. ¡Qué bien nos lo montamos!
Además, durante este año, cada vez que vayamos a la playa vamos a traernos para casa una piedra de recuerdo. Una chiquitita y negrita, que quede bien en un jarrón que tenemos en casa. La idea ha sido de papá y dice que así vamos a poder saber cuantos días hemos ido a la playa al final del verano. ¿No es una gran idea?
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