El domingo no habíamos vuelto aún a nuestra casa después de un largo camino desde Chiclana cuando paramos en la panadería para comprar pan rayado para hacer bizcochos, y es que mi madre se había comprometido en llevar un par de bizcochos para la fiesta de mi graduación. ¡Qué apañada que es mi madre!
El viaje de vuelta no fue cansado porque nos dormimos muy, muy rápido. Miguel lo hizo en la primera o la segunda curva, yo tardé unas cuantas más pero a pesar de mi intento de no caer, caí, y bien que lo hice. Estuve dormida hasta que mis padres pararon en la puerta de la panadería. ¡No es increíble! Mamá también durmió un rato, pero poco, y papá no durmió nada, claro, porque estuvo todo el rato conduciendo. Al llegar a casa Miguel y yo nos tumbamos en el sofá pues llegamos reventados, y es que eso de no hacer nada excepto jugar durante todo el fin de semana cansa mucho.
Después de pasar tantos nervios no vino nada mal tomarse un poco de bizcocho de mamá.
Aquí os pongo una foto de mis mejores amigas del cole: Marta, Sofía, Mª del Mar y Lidia.
1 comentario:
Muchas Felicidades Sofía!!! Seguro que dijiste muy bien la poesía. Un beso.
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