El sábado celebramos el cumpleaños de mi tita Rosi, y aunque estaba lloviendo muchísimo, fuimos a juntarnos todos en la casa de campo donde tito Chiqui tiene sus caballos. Allí hay mucho barro y por eso fuimos preparados y llevamos unas botas de agua. ¡Jo, qué divertido es llevar botas de agua a un sitio donde hay mucho barro! Podéis imaginar cómo nos pusimos. Lo pasamos genial y después tomamos tarta de chocolate, con lo que nos quedó un día muy marrón.

Después fuimos a uno de mis restaurantes favoritos, que es una pizzería que hay en Málaga donde ponen unos macarrones con tomate que están para chuparse los dedos y después tienen la tarta de chocolate más sabrosa y apetitosa del mundo entero. Mis padres tuvieron que pedir dos porque yo devoraba como si fuese un cocodrilo hambriento.
Al terminar la obra nos pudimos hacer fotos y darle la mano al cocodrilo y a su mamá pato. ¡Qué guay!
No hay comentarios:
Publicar un comentario