Primero fueron los mantecados que tenemos en casa, luego fue la revista de El Corte Inglés donde están todos los juguetes que pedirles en la carta a los Reyes Magos, después, en casa, el árbol navideño y el belén. Tenemos incluso un adorno en la puerta indicando que en casa ya estamos en Navidad y ya, desde el sábado pasado que fui a Málaga, las luces navideñas por la ciudad.
El único que parece no darse cuenta de la Navidad es mi hermano Miguel. Él no entiende de nada, sólo quiere entender de jugar, jugar y jugar. A veces de comer y dormir. Pero sobre todas las cosas de la Navidad, lo que más le gusta a Miguel, es ir a la calle y montarse en un coche rojo.
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