
El fin de año lo pasamos en casa de mis abuelos Miguel y Pepi. Estuve despierta hasta la madrugada, me tomé las uvas que mami me había pelado antes. En realidad todo el mundo las tomó peladas y sin hueso. Mami peló 60 uvas, que se dice pronto. Miguelito fue el único que no tomó uvas pero es que aún es muy chiquitillo, pero los abuelos, papá, mama y yo sí lo hicimos. Ellos además brindaron con cava pero yo encendí bengalas que es mucho más divertido.
Luego me quedé dormida en los brazos de papá y cuando me desperté estaba en la cuna que mis abuelos tienen para mí en su casa. Dormí allí como si fuese la mejor cama del mundo, o al menos eso me pareció. Sin embargo Miguel no estaba en casa de los abuelos, él estaba con mis padres y es que como he dicho antes es muy chiquitillo todavía.
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