El miércoles por la noche empecé a sentirme muy cansada y antes de las nueve de la noche ya me quería ir a dormir. Mis padres, muy comprensivos, me prepararon muy rápido para acostarme y así poder descansar. Yo me quedé frita rápidamente pero dormida empezó a subirme fiebre, menos mal que mis padres, especialmente mi mamá, están muy pendientes de mí y me dieron la medicación muy rápido.

Ayer viernes comimos en casa de los abuelos Pepi y Miguel. Papi ayudó al abuela a instalar la nueva televisión plana que tiene en casa. ¡Jo, cómo voy a ver a partir de ahora los dibujos allí!
Hoy sábado, estoy bastante recuperada, ya sólo tengo décimas y se puede ver que estoy mejor porque he recuperado el apetito. Además hoy vamos a casa de mi tita Ana, Paco y Natalia a almorzar, en lo que es ya la primera comilona navideña. Pienso hincharme a comer.
Mientras a mí me pasan todas estas cosas Miguel sigue igual: creciendo, comiendo, durmiendo y riéndose.
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